Relato del Certamen: Descubiertos

¡Buenas!
No os asustéis con lo que dentro de poco vendrá después de este breve párrafo, es el relato del Certamen del que os hable en la entrada anterior. El relato empezará algo raro, no sé si vosotros, mis queridos seguidores, lo veréis con sentido a mí me lo parece, pero como lo he escrito yo pues... 
Os digo una última cosa, ¡opiniones! Podéis darme las vuestras, si pensáis que es malo como si es bueno, que si es original como si no, que si los personajes son sosos, tontos, listos, etcétera; mientras que me deis vuestra opinión yo soy feliz :D

Descubiertos

 Por fin estoy dentro, después de meses he conseguido estar dentro del Programa. He tenido que ocultar mi verdadera naturaleza y ser como los demás, normal, bueno normal dentro de lo que cabe. Hace mucho tiempo, la gente no podía controlar los elementos por lo que todos eran iguales, se hablaban y podían estar con quien quisieran, ahora no puedes hablar con alguien que no controle el mismo elemento que tú ni puedes estar con alguien de otro elemento. Al principio si podías hacerlo, pero había mucha gente capaz de controlar todos los elementos y con ello, destruir el mundo, por eso se creo la ley que lo prohibía, y ahora hay poquísima gente capaz de hacer lo mismo que yo. Yo, Amril, controlo los cuatro elementos, aunque mi favorito es el fuego. Tengo una misión, que mi mundo sea libre, y para ello tengo que estar en el Programa. El Programa controla mi mundo, nos dice que tenemos que comer, vestir, estudiar, o cuando tenemos que tener sueño, y lo que yo quiero cambiar es todas esas absurdas leyes, para ello tengo que conseguir ser la Programadora del Fuego, de mi país. Mi mundo se divide en cuatro países, Fuego, Aire, Agua y Tierra, bueno, no son países son más bien ciudades pero nosotros las llamamos países; cada país tiene un Programa con su Programador, que es quien crea todas esas estúpidas leyes, que si no cumples acabas... bueno, acabas muy mal.

 -Amril Fiwasji, vaya hasta el despacho del Programador, gracias. -Odiaba que me llamasen por el apellido falso que había escogido, era odioso pero no podría usar el real si quería pasar desapercibida. -Por favor, Amril Fiwasji, coja todas sus pertenencias, gracias.

 Tenía que ir con cuidado en el despacho del Programador, si mi auto-control se iba no podría controlar todos los elementos y me acabarían pillando. Recogí mi bolso con el ordenador tácil que me pertenencia, era lo bueno de haber logrado entrar al Programa, cada empleado tenía un táctil nuevo solo para él y por ello era capaz de mirar todas las noticias del mundo, y ya aprovechando podía saber si habían capturado a alguien de la Rebeldía, y si eso ocurría tendría que ir a luchar por mi familia y abandonar el Programa, por lo que esta sociedad en la que vivo seguiría igual, sin libertad. Ya en el ascensor, pulse el botón de la planta número 17, la última del edificio, donde estaba el despacho, pero al salir del ascensor y ver que la puerta del lugar a donde iba estaba abierta... mis poderes se activaron.

 -¿Quién está ahí? -En ocasiones parezco tonta, ni que me fueran a contest...
 -¿Señorita Fiwasji, es usted? -Y había idiotas que contestaban.
 -Sí, soy yo, ¿para qué quería verme Programador? -Avancé hasta la entrada del despacho y allí vi una escena bastante curiosa, mi mejor amigo, Tobias tenía al Programador atado a la silla mientras que le amenazaba lanzarle agua. -¡Tobias! ¿Qué demonios estás habiendo?
 -Ayudarte, vamos Programador, cuenta que ibas a hacer con Amril. -Iba a hablar pero Tobias le cortó, -mejor te lo cuento yo. Te ha descubierto, Amril, iba a mandarte a un “viaje” hasta el Programa del Agua, donde allí tú te verías reducida en un instante, pero entonces el Programador se dio cuenta de que eso sería inefectivo si tú podías controlar el agua por lo que pensaban encerrarte en la prisión de alta seguridad del Centro, donde después de un tiempo, te interrogarían y al final conseguirían sacarte donde están nuestras familias, ¿no es así?
 -Entonces... ¿he sido descubierta? -Mi amigo moreno asintió- ¿y tú?
 -Yo también.
 -Ha sido culpa de tu amigo, señorita Fiwasji, que ambos hayan sido descubiertos y ahora ¡capturados! -El Programador se libro de las cuerdas con las que Tobias le había atado y pulso un botón en la pared, provocando que una alarma se encendiera en el edificio.
 -¡Corre! -Tobias se acercó a mí corriendo y cogió mi mano, para así acercarse hasta la ventana y saltar por ella.

 Agradezco ser una de esas personas capaz de controlar el aire, aunque también agradecía que Tobias estuviese conmigo, si no me hubiera quedado en el edificio hasta que los guardias hubieran llegado y habría tenido que luchar contra ellos. Sobrevolamos el país del Fuego hasta la valla que marcaba el límite, si alguien que no tuviera autorización cruzaba esa línea sería un fugitivo inmediatamente, nosotros ya lo eramos así que no nos teníamos que preocupar mucho. Iba a descender hacia el bosque donde vivían nuestras familias cuando una gran ráfaga de aire me hizo subir hasta donde estaba Tobias.

 -¿Estás loca? ¿Quieres qué descubran a nuestras familias? -Nunca le había visto tan enfadado, es más, nunca había visto a Tobias enfadado. La que siempre se enfadaba era yo, él tenía un gran sentido del auto-control pero por lo visto, estar en el Programa del Aire le había provocado ser tan inestable como el mismo.
 -¡No quiero qué les descubran pero no tenemos otro lugar a donde ir! -No mentía, el único lugar a donde podíamos ir era al bosque, pero eso significaría poner en peligro a nuestras familias, lo contrario a nuestro objetivo inicial.
 -¡Sí tenemos a dónde ir! -Le miré interrogante, no sabía de que lugar me estaba hablando- ¡Hay más bosques por todo el planeta, podemos ir a uno y que se convierta en nuestro hogar!
 -¿Y nuestras familias? ¡Hay que avisarles de que no salgan del bosque! -Negó con la cabeza, -¡ahora mismo pueden estar siendo perseguidos por Ellos!
 -¡Ellos tienen un problema mayor que nuestras familias! -Eso era imposible, Ellos eran como los policías de hacía muchos años, ellos tenían que velar por la seguridad de los Habitantes de cada país, y si eso tenía algo que ver con La Rebeldía ellos iban a por ella. -¿No te das cuenta, Amril? ¡Nos van a perseguir a nosotros!
 -¿Nuestras familias van a estar a salvo? -Asintió e iba a decir algo pero me adelante a él- ¿A qué bosque vamos a ir?
 -¡A uno bien lejano al de nuestra familia pero que este cerca de algún país, de vez en cuando tenemos que montar alborotos para que no se olviden de nosotros! -me guiño un ojo y yo solté una risa tonta, mi mejor amigo estaba como una cabra, ese animal que antiguamente la gente criaba para hacer queso, era una lástima que nos hubieran prohibido tener animales en las ciudades y, como nadie vivía fuera de ellas, nadie tenía animales.
 -¡Vamos allá!

 Volamos durante noches, cada país era enorme y solo podíamos volar de noche, si no en un día hubiéramos llegado a nuestro bosque. Ya teníamos elegido el país en el que íbamos a realizar nuestros alborotos, el país de la Tierra. No era nuestro favorito pero en él, las noticias tardaban en llegar un montón de tiempo por lo que podríamos pasar unos días comprando comida y utensilios para acampadas, que aunque nadie acampara fuera de las Ciudades, la gente disfrutaba haciéndolo en las azoteas de los edificios más altos, donde las luces de las casas no quitaban el resplandor a las estrellas. Pudimos pasar una semana exacta allí, hasta que Ellos de los otros Programas llegaron y escapamos por los pelos, se nos olvido casi toda la comida y solo pudimos coger dos sacos de todos los utensilios que teníamos. Estuvimos andando por el bosque durante varios días, sin parar, teníamos que poner tierra de por medio antes de que nos encontrasen y lo conseguimos. Pasamos unos meses escondidos en el bosque, no montamos ningún alboroto, nuestro nuevo plan era hacer que todo se tranquilizase para que luego, al ir a la Ciudad, montásemos más escándalo. El día que íbamos a ir, ocurrió, salíamos de nuestro campamento cuando tropecé con una raíz que había en el suelo y gracias a los reflejos de Tobias no acabé en el suelo, él me había agarrado por la cintura y cuando me giró quedamos demasiado cerca, ninguno de los dos se apartó si no que nos acercamos más, y cuando estaba a punto de suceder lo que ambos queríamos, Ellos nos encontraron.

Comentarios

  1. Oh, ¡me encanta!:)
    Te absorbe totalmente, te ves metida en su mundo.
    Eso sí, no me gustan los nombre que has elegido, pero por lo demás... está todo muy bien;)

    Un besito y espero que sigas escribiendo:3

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  2. @Lady I need you: ¡Gracias por tu opinión! Los nombres son... extraños, pero no sé, tengo en la cabeza la descripción de Amril y Tobias (que no la he puesto en el relato) y me parece que les pegan; bueno, además de que el nombre de Amril me lo he inventado xD

    Besos!

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  3. ¡Está muy bien! Me ha recordado bastante a Aang de AVATAR y es una serie que me encanta. Lo único que si todavía no lo has enviado revises las faltas de ortografía que se te ha colado alguna xD
    Yo me voy a contar papayas al viento, hasta luego :)

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  4. @Lorenzo: Oh, shit, mira que he revisado lo de las faltas... siempre me pasa lo mismo :(
    Jajajaja algo se parece a Aang, la diferencia es que él es perseguido por una nación y estos... estos por todo su mundo xD
    ¡Gracias por tu opinión!

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  5. Ya te lo he dicho en twitter, pero te lo digo también por aquí: me encanta. Me gusta mucho la ambientación que le has dado a la historia, esta genial. Y el final, de infarto, como debe ser xD
    ¡Besos!

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  6. @Jongu: ¡Gracias! Ya te lo he dicho por twitter, lo que mola es el final MUY abierto y de infarto xD
    Besos!

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